Descubrió el asombroso mundo de la gastronomía al lado de su padre, quien lleva más de cuatro décadas operando la cantina El Bosque. Fue a los 11 años cuando, por primera vez, le permitieron acceder a la cocina para percibir de cerca los sabores y la vida diaria de los cocineros tras los fogones. 

Con su gran talento no pasó desapercibido y fue entonces cuando fue invitado a abrir un restaurante de comida mexicana que se popularizó rápidamente entre locales y extranjeros. A este nuevo espacio decidieron llamarlo Pehüa, una palabra náhuatl que en su significado lírico invita a “comenzar a caminar”. 

En los últimos años, Raúl ha viajado a diferentes regiones del país para aprender de las cocineras y cocineros tradicionales; también ha explotado sus habilidades de lectura y sus dotes autodidactas para aprender el desarrollo de técnicas y del conocimiento moderno que son diariamente aplicadas a sus platillos.

Con la combinación de todos sus conocimientos, técnicas y su filosofía de no desperdiciar ningún elemento, lleva a cada ingrediente a su máxima expresión logrando sabores únicos y espectaculares.